La esquizofrenia ha sido la enfermedad mental sobre la que ha girado la discusión de los profesionales que han participado en el III Foro Europeo del Cerebro, celebrado en Madrid. Se trata de una patología muy discapacitante de la que cada día hay nuevos conocimientos.
La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales de mayor prevalencia entre los países de la Unión Europea. En su desarrollo están implicados factores genéticos, ambientales y biológicos, lo que hace de ella una patología muy heterogénea.

Además, en los últimos años se ha puesto de manifiesto que podría ser una enfermedad del neurodesarrollo, ya que la mayor parte de los hallazgos neurobiológicos (afectación de las vías cerebrales relacionadas con el glutamato, la serotonina, la noradrenalina y la acetilcolina) son compatibles con alteraciones del desarrollo cerebral temprano.

Estudios realizados en niños y adolescentes antes de que en ellos aparezca la enfermedad sugieren que la esquizofrenia es una enfermedad del neurodesarrollo. Estos grupos tienen una serie de anomalías, tanto motoras como de alteraciones en el desarrollo del lenguaje y en la esfera social, muchos años antes de que aparezca la esquizofrenia.

“Tienen un número de signos neurológicos menores, anomalías físicas en mayor proporción que la población general, así como una serie de marcadores que indican que algo ha sucedido intraútero. Por ejemplo, sus huellas dactilares están afectadas, constituyendo un marcador precoz de alteraciones cerebrales intraútero”, ha indicado a DM Celso Arango, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), del Instituto de Salud Carlos III, en Madrid, y vocal del Consejo Español del Cerebro.

 

             

     Anna Freud                                                                      Carl Jung

             

Arthur Schopenhauer                                                                  Darwin 

 

Vía esencial
El especialista ha participado en el III Foro Europeo del Cerebro que por primera vez en su historia se ha celebrado en Madrid, fuera de su sede habitual, Bruselas, coincidiendo con la Presidencia española de la Comunidad Europea.

El encuentro, dedicado a la esquizofrenia y en el que han participado especialistas de toda Europa, ha sido organizado por el Consejo Español del Cerebro, que preside Julio Bobes, y por el Consejo Europeo del Cerebro, dirigido por Julien Mendlewicz. Siguiendo la línea que considera a la esquizofrenia como una enfermedad del neurodesarrollo, Carmen Cavadas, presidenta de la Sociedad Española de Neurociencias, ha hecho alusión a los trabajos de Óscar Marín, de la Universidad de Alicante, sobre desarrollo neural “como principal vía para comprender mejor enfermedades como la esquizofrenia”.

Arango ha ahondado además en la evidencia de que, cuando se llevan a cabo estudios de neuroimagen en primeros episodios psicóticos, “se observa que algunas de las alteraciones cerebrales están ya presentes muchos antes de que aparezca la enfermedad”.

La esquizofrenia, considerada por Jerónimo Saiz, vocal del Consejo Español del Cerebro y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, como el paradigma de la enfermedad mental, es una patología que ocupa una de las mayores parcelas de la investigación cerebral.

Así, estudios sobre primeros episodios psicóticos en población infantojuvenil han observado que “si éstos se repiten en el tiempo conducen a una pérdida de sustancia gris o de volumen cerebral. Este adelgazamiento de la corteza cerebral, según estudios de resonancia magnética, se asocia con una peor funcionalidad cognitiva”, ha señalado Arango.

Biomarcadores precoces
Ante este panorama, Mendlewicz ha hecho hincapié en el necesario apoyo a los programas de prevención y diagnóstico precoz de la esquizofrenia. “De hecho, los equipos de la distintas redes europeas están investigando en el desarrollo de biomarcadores que sean capaces de llevar a cabo detecciones precoces”.

El presidente del Consejo Europeo del Cerebro también ha explicado que, a pesar de que la esquizofrenia es una de las prioridades de los consejos nacionales del cerebro, el objetivo de esta institución es fomentar la investigación en todas las enfermedades del cerebro.

“Los presupuestos de los últimos programas marco han aumentado los recursos económicos en neurodegeneraciones, autismo, esquizofrenia y demencia, así como en el estudio de nuevas moléculas. También se contempla la financiación para adicciones, genómica y farmacogenómica”.

CLARA INSUFICIENCIA
Los psiquiatras Julio Bobes y Celso Arango han puesto de manifiesto la insuficiencia presupuestaria a la que se enfrenta la salud mental y su investigación en España. “Las partidas destinadas a enfermedades del cerebro son insuficientes y, en relación con las que dedican en otros ámbitos -salud pública y oncología encabezan la lista, por ejemplo-, son muy insuficientes”. A su juicio, es necesario invertir más en investigación sobre el cerebro porque “aludimos a enfermedades muy discapacitantes y prevalentes”. Arango, más contundente, ha indicado que la discrepancia entre el gasto sanitario y la repercusión de la enfermedad mental en España es muy notable. “De 100 euros que se destinan a salud, sólo 5 euros van para salud mental, cifra que nos aleja de la media de los países de la Unión Europea (UE) en los que la media que se dedica a este ámbito está en torno a 8-10 euros”. Las distancias son aún mayores cuando se hace referencia a investigación en salud mental. No obstante, también se ha mostrado optimista porque, actualmente, de los Centros de Investigación Biomédica en Red que funcionan en nuestro país nueve trabajan en salud mental, “entre cuyos objetivos está impulsar la investigación traslacional”. Estas redes, junto con las de la UE, acaban de publicar la Declaración de Madrid, un documento de consenso sobre las necesidades acuciantes en salud mental.

 Fuente: www.diariomedico.com ( 21 de marzo de 2010 )

Por afmmebre

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