Las mujeres se deprimen más que los hombres. No se trata sólo de una cuestión de naturaleza biológica. Los cambios sociales, las exigencias culturales y los roles adquiridos dentro y fuera de la familia hacen que la mujer sea dos veces más vulnerable a sufrir este trastorno que el hombre.

Una mujer que trabaja dentro y fuera de casa, con las obligaciones sociales y familiares que nuestra cultura le impone, tiene el doble de posibilidades de padecer trastorno depresivo unipolar que un hombre.  A pesar de que este desajuste por género se ha creído siempre ligado a factores biológicos y hormonales, los expertos hoy coinciden en que hay muchos más motivos que infieren en la aparición de este trastorno y que van más allá de la química.
Mercedes Andreu, psicóloga clínica e industrial de la Asociación de Familiares de Personas con Depresión de Aragón (AFDA), miembro de FEAFES-Aragón, considera que “lo que más influye en la prevalencia de la depresión femenina frente al sexo masculino  es la forma que tenga la mujer de afrontar las situaciones y los roles como el de madre, trabajadora, esposa…, lo que puede confluir  con las exigencias de ser la mejor en todos estos ámbitos”.

 

 

 

PRESIÓN CULTURAL
Precisamente, el hecho de adquirir todas estas obligaciones culturales y dedicarse  poco tiempo a sí misma puede conducir a “una situación de ansiedad, estrés y sentimiento de fracaso personal”, advierte Andreu.
“La naturaleza biológica y hormonal de la mujer –explica la doctora Laura Ferrando, directora del Instituto de Investigaciones y Asistencia Psiquiátrica– también puede contribuir a la aparición de este trastorno”. “La pubertad, la adolescencia, el embarazo, el parto, un aborto y la menopausia son momentos en los que las hormonas sufren un desajuste emocional considerable”, afirma la doctora.
 
Además, ”hay una serie de factores personales que inciden en que una mujer se fatigue más o menos. Por ejemplo, una persona que sea más tímida va a tener más dificultades a la hora de recuperarse que otra extrovertida”, indica la doctora Ferrando.

MISMO TRATAMIENTO
Por su parte, Jerónimo Sáiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, cree que la depresión femenina no es muy diferente a la masculina, ya que los síntomas que manifiestan, tanto ellos como ellas, son muy parecidos.  A la hora de establecer un tratamiento, por tanto, “tampoco hay una distinción grande según los sexos”, matiza Sáiz.
Asimismo, el ciclo de la depresión es, según Sáiz, “igual para hombres y para mujeres con respecto a la evolución de los síntomas. Sin embargo, las recaídas más graves se dan en los hombres”.
El binomio  mujer y depresión lo analiza la psiquiatra y profesora de la Universidad CES-Clínica Medellín de Colombia, Silvia Lucía Gaviria, en su artículo titulado “Algunas consideraciones respecto a la depresión en las mujeres”. En él, Gaviria afirma que “las  mujeres son más vulnerables a los trastornos depresivos durante la edad reproductiva (entre los 15 y los 44 años) que los hombres puesto que durante ese periodo asumen más roles y responsabilidades, están más expuestas a experiencias sexuales, abusos sexuales y violencia doméstica  y, frecuentemente, están en desventaja tanto en el estatus social como en el financiero”.
Por eso, “tratar de suavizar las situaciones de estrés y de agotamiento a las que están sometidas las mujeres de hoy en día
–sostiene Sáiz– ayudaría a prevenir este tipo de trastornos”.
Según la doctora Ferrando, normalmente “esta situación de decaimiento se manifiesta con deficiencias inmunológicas como virus, fatigas, gripes, jaquecas, etc.”.

MÁS AYUDA
Gaviria expone que uno de los motivos por los cuales se contabilizan más casos de depresión femenina puede atribuirse a que ellas “sobreinforman en tanto que los hombres subinforman las quejas somáticas y psíquicas”.  O lo que es lo mismo: las mujeres acuden más al médico en casos de desasosiego, ansiedad y tristeza y los hombres, según indica Gaviria, “utilizan el alcohol y otras sustancias para disminuir los síntomas depresivos”. La doctora añade que el alcoholismo es más frecuente en los hombres  y “se considera una forma enmascarada de la depresión”.

Asimismo, Andreu asegura que la mujer acude más al médico en general, no sólo por depresión. “En muchas ocasiones, este trastorno viene enmascarado por problemas de alimentación o de sueño, y, en general, la mujer pide ayuda antes que el hombre”.
Sin embargo, Ferrando matiza que una mala información acerca de la vulnerabilidad de las mujeres a la depresión puede hacer que “las mujeres que sufren depresiones a veces se acostumbren a estar decaídas y tristes, y pueden convertir una depresión esporádica en un trastorno crónico”.
La Organización Mundial de la Salud estima que la depresión será la enfermedad más extendida y el segundo  motivo de dis- capacidad del mundo en 2020 y, por ello, Ferrando aconseja “información para la mujer, que sepa que puede suceder y que debe acudir a su médico”.   ■

 

Fuente: Lucia Carbajo ( Punto de Encuentro) ( nº 22 , Julio 2009 )

 

Por afmmebre

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