Una vez más nos ponemos a escribir con la sana intención de aportar valor y contundencia para que desaparezca de una vez por todas el estigma que cuelga de los ya de por sí zarandeados hombros de las personas con enfermedad mental. Y lo hacemos mediante la difusión de una iniciativa estupenda que llega a los más pequeños y que tiene, entre otros, el mismo laudable fin, no nos cansaremos de repetirlo en pro de su erradicación, el de combatir el estigma de estos seres sensibles y maravillosos.
Bajo el nombre de ‘Ritmo y escena al cuento amigo’ se esconde un proyecto de un carácter innovador destacable porque, además de albergar talleres de guiñol, baile y animación a la lectura, se propicia la colaboración conjunta de niños y personas con enfermedad mental.
Podríamos estar hablando de un espectáculo didáctico que, permitidnos la licencia, podría tildarse de ‘metaenfermedad mental’, puesto que lo que se representan son cuentos sobre la citada dolencia, hechos por los niños en anteriores ediciones, para informar, sensibilizar y concienciar y, paralelamente, quienes los representan con el guiñol son personas con esta discapacidad, aunque compartiendo protagonismo con los niños que les ayudan. Así, entre todos, convierten esta experiencia en algo realmente gratificante y a la vez didáctica que muestra la normalidad de una persona que padece una enfermedad mental.
Esta simbiosis entre alumnos y personas con enfermedad mental, nos cuentan, tiene lugar en colegios de Ávila desde el 2007. De hecho, la iniciativa que parte de Faema y que la traemos a este blog en nuestra labor de concienciar y ayudar a los colectivos más vulnerables para su inserción social y cultural, se está realizando en estos momentos en varios colegios de la provincia de Ávila y continuará, alegre y participativa, hasta el 6 de mayo.
Ayer tuvimos oportunidad de hablar con Inma Pose Parra, directora gerente de Faema y nos contaba que con ‘Ritmo y escena al cuento amigo’:
Todos los niños terminan entendiendo que las personas con enfermedad mental son completamente normales. Pero lo que realmente me emociona es que muchos de ellos, al cabo de los años, vuelven a nuestro centro a comprar camisetas realizadas en nuestro Centro Especial de Empleo u otros servicios para contribuir a nuestro trabajo y nuestra causa.
Además del esfuerzo que se realiza mediante la iniciativa para, como os decíamos, luchar contra el estigma de las personas con enfermedad mental, y subrayamos, desde edades tempranas, que es muy, pero que muy importante, los organizadores y participantes en ‘Ritmo y escena al cuento amigo’ también se proponen con entusiasmo sensibilizar en los colegios y dar a conocer cómo vive una persona con enfermedad mental.
Y no hay modo mejor que los pequeños se relacionen con estas personas naturalmente, dándose cuenta de que son personas absolutamente, insistimos, normales que, por desgracia, de vez en cuando, si no están compensados del todo con su tratamiento farmacológico se pueden, precisamente, descompensar y sufrir una crisis. Dado el caso, la persona con el trastorno mental lidia con dicha descompensación y, en cuanto pueda, como quien tiene una baja por otra enfermedad, se reincorpora a su vida y a su trabajo volviendo a la normalidad.
De hecho, entre los niños se explican cuales con los síntomas más característicos de cada una de las enfermedades mentales y, como os explicaba, es justo a través de talleres actividades creativas e innovadoras como la música y el baile se les intenta acercar desde la normalidad lo que es una enfermedad mental. Con excelentes resultados, la escenificación de los cuentos que en su día realizaron también otros alumnos de colegios de Ávila logran presentar una imagen de la personas con discapacidad por enfermedad mental, pero desde un punto de vista completamente positivo: la capacidad.
Sin embargo, no hay que obviar esa otra finalidad que concierne tanto a este blog y es que con esta iniciativa tan social se pretende, ante todo, favorecer y fortalecer las ideas y proyectos que persigan tenazmente la inserción laboral de las personas con enfermedad mental y, claro, por supuesto, en riesgo de exclusión.
Además, otro fin que se persigue con ‘Ritmo y escena al cuento amigo’ es integrar este proyecto dentro de las fiestas de los colegios apoyando las actividades de las Ampas y se sostiene un deseo, nos consta, de implementarlo aún más esmerándose y haciendo arraigar su fin último que es el de acabar con el estigma de la enfermedad mental.
No obstante, también busca la asociación el otorgar a la iniciativa de la suficiente visualidad hacia otras ciudades para que se conozca y se pueda implantar en otros lugares. Y es que, justo es saber que la propia Feafes apoya ‘Ritmo y escena al cuento amigo’ y recomienda a todas las asociaciones a nivel nacional hacer lo propio. Por cierto, el proyecto contó en 2012 con una mención especial en los premios FEAFES Castilla y León.
Por último, la metodología del proyecto es sencilla, pero requiere elaboración y constancia, esfuerzo y atención por parte de todas las personas involucradas en el proceso. Primeramente, hay que adaptar los cuentos publicados para escenificarlos en forma de guiñol y en el Centro Ocupacional de Faema se elaboran los escenarios y muñecos necesarios para el guiñol y el baile para un taller de musicoterapia.
Por otro lado, la psicóloga es quien visita los colegios y explica todo lo relativo a la enfermedad mental mediante cuentos, vídeos, dinámicas y juegos, entre otras alternativas, reutilizando el material elaborado por niños en años anteriores. Después, llega la visita a los distintos centros y la puesta en escena del taller de animación a la lectura, el de Guiñol y el de baile.
Por último, entre algunos detalles finales que no tienen tanta relevancia para nosotros, nos quedamos con esas cartas escritas por los niños que, previamente, han sido invitados a redactar explicando lo que han sentido o aprendido en esta jornada de convivencia con personas con discapacidad mental.
¿Qué pensarán ellos? ¿Qué dirán acerca de esa ‘diversidad’ que, probablemente, ni notasen a no ser que alguien se la subraye? ¿Qué entenderán por estigma? ¿Empatizarán con las dificultades de las personas que sobreviven, conviven e incluso son felices a pesar de padecer una enfermedad mental? ¿Qué soñarán para ellos? ¿Qué mecanismos inventarán o desearán para que las personas con enfermedad mental no sufran rechazo o exclusión estas generaciones que llegan para hacernos de maestros? ¿Evitarán ellos los comportamientos que pueden precipitar el desarrollo de una dolencia de tal calibre en su cerebro? Benditos sean los niños en su inocencia y benditas las personas que padecen exclusión social, sea por la causa que sea.
Publicado por Beatriz Sancho el 25 de abril de 2013.