Ansiedad, depresión, déficit de atención, hiperactividad, trastornos relacionados con la alimentación, autismos… Estos y otros trastornos mentales afectan a un millón de niños y adolescentes en España, según ha explicado el psiquiatra Óscar Herreros, quien participa en el 16 Congreso Internacional de la Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil u Adolescente (ESCAP), que se celebra hasta el 24 de junio en Madrid.

De ellos, llama la atención que, «en los últimos años, están aumentando el número de casos de autismo, probablemente porque la detección es mucho mejor y porque con el avance de la pediatría y la medicina hay una mayor supervivencia en niños que, por problemas del parto van a desarrollar un trastorno del espectro autista», ha declarado el psiquiatra.

Pese a que todos los datos señalan que, al menos, uno de cada cinco niños padecerá a lo largo de su vida un problema de desarrollo emocional o de conducta, la atención en España sigue siendo deficiente.

Aunque el experto no niega que la situación de estos niños ha cambiado considerablemente en los últimos años, lo cierto es que el hecho de que aún no se haya desarrollado de especialidad médica de Psiquiatría Infantil dentro del Plan de Formación MIR, en gran medida por su reciente incorporación como especialidad (hace un año), dificulta la intervención mediante Unidades Específicas.

«En la mayor parte de España la intervención en Unidades Específicas de psiquiatría infantojuvenil o no existían o eran muy dependientes de la psiquiatría en el adulto y, por tanto, tenían poca especificidad; eso a lo largo de los años ha ido mejorando pero no en gran medida, y no es porque no existan grandes profesionales sino porque no hay una apuesta clara del Sistema Nacional de Salud (SNS) por el desarrollo de Unidades Específicas y dar trabajo a los profesionales».

El tabú de la psiquiatría en niños

Si acaso, explica, en los últimos 20 años «los trastornos mentales han pasado de ser algo que estaba en manos de la psicología, porque se trataba de niños y los tratamientos farmacológicos eran tabú, a la situación actual con una conciencia más clara en la comunidad médica y científica de que, efectivamente, hay trastornos mentales en la infancia y de la envergadura y gravedad del adulto, y los tratamientos tienen que ser coherentes con esa gravedad».

Según explica Herreros, los tratamiento farmacológicos son importantes para un buen tratamiento, sobre todo partiendo de la base de que «los trastornos mentales en general son enfermedades que tienden a debutar en los primeros años de la vida del adulto o últimos de la adolescencia». Por eso, destaca que prevenir las causas de estos trastornos en una fase temprana es fundamental no sólo para que su calidad de vida durante la infancia y la adolescencia sea óptima, sino sobre todo para su vida futura.

Infradiagnóstico

Lamentablemente, el infradiagnóstico o el retraso del diagnóstico en España, así como la falta de un tratamiento adecuado a cada trastorno, preocupa a este experto que lamenta que el mapa en España muestre grandes diferencias en la atención dependiendo de la comunidad autónoma.

 

 

«En el SNS hay una franca carencia de recursos en lo referente a la psiquiátrica infantil. Hay áreas que están mejor atendidas y trastadas, donde se puede trabajar más directamente con el paciente, son sobre todo son las áreas metropolitanas; sin embargo en las zonas rurales o con menos recursos el acceso al tratamiento es difícil», añade.

Objetivo: atención interdisciplinar

Por su parte, la presidenta del Programa Científico del Congreso ESCAP 2015, psiquiatra de niños y adolescentes y directora del Instituto Clínico de Neurociencias del Hospital Clínico de Barcelona, la doctora Josefina Castro-Fornieles, destaca que hay que «reducir la brecha» que existe entre la investigación y la práctica clínica.

«Hay un reconocimiento internacional progresivo de la importancia de la investigación en psiquiatría infantil y adolescente, dado que en estas edades es posible estudiar los diferentes trastornos sin que influyan los años de evolución o tratamientos sucesivos. Sin embargo, existe una amplia brecha entre la práctica habitual y la investigación. El objetivo final de la investigación en psicología infantil y adolescente es mejorar la práctica clínica, y eso requiere el aumento de la relación entre las perspectivas clínicas y de investigación», afirma.

En su opinión, se debe abordar la psiquiatría infantil y adolescente de manera interdisciplinar, con aportaciones de la pediatría, psicología, enfermería, departamentos de atención a la infancia, justicia juvenil, etc. «La investigación debe incorporar diferentes disciplinas como la neuropsicología del desarrollo, genética, neuroimagen, la neurobiología, la psicoterapia, la epidemiología y la prevención», añade.

Congreso ESCAP 2015

Con el objetivo de tratar estos y otros temas relacionados con los trastornos infantiles, ESCAP celebra hasta el 24 de 16º Congreso Internacional, organizado por la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNYA). Bajo el lema «De la investigación a la práctica clínica: compartir experiencias» reúne a casi 1.400 especialistas en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid con el objetivo de establecer vínculos que acerquen la investigación a la práctica clínica, y viceversa.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20150622/abci-trastornos-mentales-infantiles-201506221128.html

Por afmmebre

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