La persona con enfermedad mental debe afrontar una doble dificultad para recuperarse: la enfermedad en sí y los prejuicios y discriminaciones que recibe por padecerla. Es el estigma social, una carga de sufrimiento que incrementa innecesariamente los problemas de la enfermedad y constituye uno de los principales obstáculos para el éxito del tratamiento y de la recuperación.
El origen del estigma está en estereotipos y mitos injustos heredados de siglos de incomprensión hacia la enfermedad mental. El silencio que la rodea y que la ha convertido en tabú ha mantenido el estereotipo, que es una idea o imagen aceptada de común acuerdo por la sociedad y que permanece invariable. La reiteración de esos estereotipos ha creado sólidos prejuicios, que se ven reflejados en pensamientos y actitudes arbitrarias o parciales respecto de la enfermedad o las personas que la padecen, sin analizar si existe alguna razón que lo justifique.
El prejuicio se plasma en la discriminación, por la cual individuos o grupos de una sociedad privan a otros de sus derechos o beneficios y les dan un trato de inferioridad. En un principio, la estigmatización tendría un carácter originariamente moral, pero con serias consecuencias, ya que se identifica al grupo segregado con el estigma mismo. Al tratar a la persona con enfermedad mental, se hace exclusivamente según su enfermedad, no como una persona como otra cualquiera.
Los medios de comunicación tienen un papel relevante para contribuir a eliminar la discriminación y el estigma que padecen las personas con enfermedad mental, ofreciendo una información objetiva, rigurosa y desestigmatizante. En la mayoría de casos, no se trata de cambiar, omitir o crear noticias: es la forma y el lenguaje con que se publican o emiten lo que puede ayudar a cambiar la vida de millones de personas.
La discriminación de las personas con enfermedad mental está todavía presente en nuestra sociedad y es una de las asignaturas pendientes en el logro efectivo de los derechos humanos. Afortunadamente, la sensibilización hacia cuestiones como la sexualidad, la raza o diversas discapacidades crece progresivamente y sin marcha atrás. Sin embargo, muchas personas con enfermedad mental no notan esa progresiva sensibilización porque todavía encuentran cada día motivos para sentirse discriminadas. Eliminar el estigma es una prioridad para mejorar su calidad de vida y darles la oportunidad de alcanzar una existencia plena.
MITOS SOBRE LA ESQUIZOFRENIA:
•Tener esquizofrenia es tener múltiples personalidades:
HECHOS:
Con frecuencia se confunde la esquizofrenia con la doble personalidad. Este fenómeno se produce en el trastorno disociativo pero no en la esquizofrenia , aun cuando los enfermos oigan voces o tengan extrañas creencias.
•Las personas que padecen esquizofrenia tienen algún tipo de retraso mental:
HECHOS:
Esquizofrenia y retraso mental son aspectos completamente diferentes. La esquizofrenia aparece con independencia del nivel mental y con frecuencia se observa en personas con talento y capacidad creativa. Podría causar déficits cognitivos (dificultades en concentración, abstracción), pero no afecta a la inteligencia como unidad.
•El enfermo esquizofrénico no se recupera nunca de la enfermedad:
HECHOS:
Algunas personas con esquizofrenia se recuperan por completo, volviendo a su nivel previo de funcionamiento. Otros continúan presentando algunos síntomas pero pueden trabajar y ser independientes. Un tercio no se recupera de foma substancial y podría ser institucionalizado.
•Las personas con esquizofrenia deben ser institucionalizadas:
HECHOS:
Estudios recientes demuestran la existencia de varios escenarios (desde cuidados en hospitales psiquiátricos hasta facilidades para el cuidado residencial de agudos) que ayudan a la vida dentro de la comunidad y que serían efectivos en las personas que padecen esquizofrenia.
•Es altamente probable que las personas con esquizofrenia se muestren altamente violentas:
HECHOS:
Los trastornos mentales y la violencia tienen una estrecha relación en la mente de la gente, pero lo cierto , es que por regla general, los enfermos mentales no son más violentos que las personas sanas. Además en esquizofrénicos es más probable que enfoquen la conducta hacia sí mismos que no hacia los demás.
•La mayoría de las personas con esquizofrenia no pueden trabajar:
HECHOS:
Las personas con esquizofrenia pueden trabajar incluso presentando algunos síntomas. El trabajo es una parte importante de la recuperación y contribuye a reducir las posibilidades de que el paciente regrese al hospital.
Fuente: http://hablandorepublica.blogspot.com.es/2013/07/mitos-y-realidades-sobre-la.html