La crisis ha hecho aflorar más trastornos mentales y ha agravado los que ya existían. Sobre esos perfiles, un estudio tarraconense se ha encargado de denunciar la estigmatización mediática a la que habitualmente están sometidos los enfermos mentales. Así lo refleja un análisis elaborado por el Grupo de Investigación en Salud Mental y la atención primaria del Camp de Tarragona del IDIAP Jordi Gol y que se publica en la revista científica Journal of Health Communication.
El balance analiza unos 700 textos periodísticos aparecidos en medios de comunicación en 2010. El trabajo pone de manifiesto que más de la mitad de las noticias que se refieren a la enfermedad mental la vinculan a crímenes o delitos violentos, pese a que los datos epidemiológicos señalan que las personas con enfermedad mental son más frecuentemente víctimas. También se identifican noticias que enfatizan las posibilidades de recuperarse de una enfermedad mental, cuya difusión ayuda a contrarrestar el estigma.
El doctor Enric Aragonès, natural de Mont-roig del Camp y coordinador del grupo investigador, concluye que abundan «las noticias que presentan al individuo con enfermedad mental como peligroso, violento o imprevisible» y en cambio, escasean «las que lo presentan como una persona capacitada, productiva y útil». Aragonès destaca que «en casi la mitad de las veces que aparecen términos clínicos psiquiátricos, estos se utilizan como calificativos peyorativos, por ejemplo esquizofrénico por incoherente o impredecible, o paranoico por desconfiado».
El estudio también ha analizado el lenguaje y el estilo periodístico y se han identificado formas inapropiadas para referirse a la enfermedad mental, como son la utilización de términos ofensivos o anticuados como «perturbado», «loco», «manicomio» o «encerrado».
También se ha observado un uso inapropiado de la enfermedad mental en determinadas imágenes gráficas, como las que transmiten aislamiento social o improductividad. No obstante, se han identificado noticias que denuncian la exclusión social o la insuficiencia de recursos sociales y sanitarios que «enfatizan las posibilidades de recuperarse de la enfermedad mental y de volver a controlar la propia vida», según Aragonès.
Fuente: http://www.diaridetarragona.com/noticia.php?id=14749 (Raúl Cosano).