Un día que Sergio Saldaña (Pamplona, 1976) tenía que tirar un penalti lo hizo de Rabona. Como era de esperar falló aquel disparo y a la semana fue ingresado en un hospital. Tenía 18 años y supo que sufría de enfermedad bipolar. Se encontraba en la fase de euforia o maníaca, que otras veces es de depresión. De sus experiencias, recogidas en el libro ‘Tengo Trastorno Bipolar. Desmitificaciones y anécdotas’ (Ed. Círculo Rojo) habló ayer en la casa de cultura Biteri de Hernani, en la mesa redonda ‘Experiencias de recuperación’ organizada por Agifes, Asociación Guipuzcoana de Familiares y Enfermos Psíquicos.

«Con el libro busco que se conozca en primera persona lo que es la enfermedad bipolar», explica Saldaña, que trabaja en el negocio familiar de electrodomésticos en la Rochapea y en una bibloteca. Cursó 4 años de Ingeniería Técnica Agrícola en la Universidad Pública de Navarra. «Lo que he ido leyendo me parece demasiado técnico o demasiado pesimista. Quería demostrar que se puede y se debe vivir con ello. El tiempo que va de crisis a crisis es tiempo que nos proporciona la enfermedad o que nosotros le ganamos a pulso. Nadie nos debe quitar nuestra alegría de vivir, nuestros proyectos o el intentar abordar lo que cada uno podamos». Como secuela del libro, publicado en abril, surge el blog ‘Tengo trastorno bipolar’. «A veces me cuesta escribir porque me destripo en él. En otras ocasiones sale mi lado gamberro».

 

 

El trastorno bipolar es una falta de salud, una enfermedad. «Yo tengo caries y no soy caries. Tengo trastorno bipolar y no soy bipolar. Es una enfermedad mental grave, según la OMS, que afecta a los estados de ánimo. Hace poco se le llamaba trastorno maníaco-depresivo. La manía es la euforia superlativa, el estar muy hablador e irritable. Son momentos en los que no tienes límite. A muchos les da por comprar sin medida. No se duerme. Por abajo, las tristezas se nos convierten en algo patológico, en depresiones. Detrás de ello hay tipos normales que vivimos, amamos, lloramos, nos reímos y trabajamos por estar insertados de forma real en la sociedad».

Combatir el estigma

Hay un estigma que desea combatir con su libro. «Un 50% de las personas con trastorno bipolar en el Estado han sido despedidas. Pero la madre del conocimiento es la curiosidad. Tenemos que ser capaces de provocar que la gente quiera conocer un poco más este trastorno. Cuando se nos conoce y se conoce la enfermedad, los prejuicios caen».

El primer paso es admitir la enfermedad. «Yo me pasé muchos años negándola. Mi gran pelea es diferenciar qué parte es enfermedad y qué parte es mi carácter». Tomar medidas es el objetivo. «Se trata de detectar las señales para no tener que estar dos meses de baja y dar un disgusto a quien me quiere. Si te das cuenta que te estás empantanando en una discusión con tu pareja, puedes irte a bajar la basura. Es lo que hacemos todos pero para nosotros son situaciones críticas».

Fuente: http://www.diariovasco.com/v/20131116/al-dia-sociedad/cuando-conoce-trastorno-bipolar-20131116.html

Por afmmebre

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