• Un 30% de las 371 personas que en el 2007 se dieron muerte aún no tenían 24 años

• La Generalitat extenderá el plan, en el que participan bomberos y policías

El suicidio está considerado un fallo o un fracaso de los servicios de salud pública, además de una tragedia íntima y personal. Este criterio figura en el Pla de Salut de la Generalitat, que marca entre sus objetivos para el 2010 reducir en un 10% la cifra de suicidios en las personas menores de 24 años y mayores de 65, los dos segmentos que acumulan más muertes violentas autoprovocadas. Para conseguirlo, la Conselleria de Salut pretende extender la experiencia que desde el 2005 desarrolla el Hospital de Sant Pau, de Barcelona, en la Dreta del Eixample, en cuyo desarrollo participan los agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d’Esquadra adscritos a dicho barrio, junto a maestros, párrocos, cuidadores sociales y farmacéuticos. Estos colectivos se mantienen alerta para captar a los ciudadanos que muestran signos depresivos o de extrema tristeza, y les ofrecen información sobre su dolorosa situación psíquica, además de indicarles centros donde podrían recibir apoyo terapéutico. Estas intervenciones han demostrado ser muy eficaces.

EL AISLAMIENTO / En Catalunya fueron identificadas 371 muertes por suicidio en el 2007, un 31% menos que en 1997. De ellas, 274 las protagonizaron hombres y 97, mujeres. Un 30% tenían menos de 24 años. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes catalanes, tras los accidentes de tráfico. Aunque los motivos para darse muerte son por completo subjetivos, los expertos señalan como un factor de riesgo el aislamiento social, la soledad de los ancianos y la pérdida de actividades que impliquen las relaciones humanas. En todos esos ámbitos, las mujeres disponen de más bagaje al llegar a la vejez que los hombres, un dato que explicaría la enorme diferencia numérica entre las muertes por suicidio en uno y otro sexo.

Los psiquiatras advierten asimismo de la importancia de actuar, ofreciendo ayuda, ante la persona que menciona en público o en familia su idea de darse muerte, algo que, aseguran, debe acogerse como una anticipación verídica. Estos especialistas, junto a los trabajadores sociales y el personal de los servicios de urgencias de los hospitales, aseguran que hasta un 80% de los suicidas habían hablado de esa intención antes de quitarse la vida. Todos coinciden en que es falsa la idea de que quien quiere suicidarse no lo dice, o que quien lo dice no lo hace.
Entre los objetivos de Salut también figura la intención de reducir en un 15% el próximo año los intentos o tentativas suicidas, una acción que en muchas ocasiones conduce a lesiones irreversibles que aún hacen más difícil sobrellevar la vida cotidiana. La población adolescente es otro de los colectivos a los se intentará prestar atención, ya que acumula numerosos suicidios.

Fuente: www.elperiodico.com ( Àngels Gallardo )
 

Por afmmebre

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