El pasado día 2 de julio se finalizó un Proyecto de Terapia Asistida con Animales en el Centro de Rehabilitación e Inserción Social (CRIS) y Centro de Día “La Safor”  de Gandía (Valencia)  dedicado a personas con varios diagnósticos de enfermedad mental (trastornos psicóticos, esquizoafectivos, depresiones mayores, etcétera) en el que la Asociación de Terapias y Actividades Asistidas con Animales de La Safor (ATAAASAFOR) ha tenido el placer de participar con la aportación de dos perros.
El  Equipo Interdisciplinar estaba formado por dos Terapeutas del Centro, el Psicólogo Rubén Femenía y la Trabajadora Social Nuria Ibáñez; los dos perros, “Airon” de raza pastor alemán y “Guinness” de raza labrador retriever; y el instructor de los mismos -el autor de estas líneas-.
Áreas de Trabajo y Objetivos Según los Terapeutas, las sesiones de terapia se integran dentro del proceso de rehabilitación del paciente, trabajando diferentes áreas como motivación, autoestima, atención, memoria, etcétera. Siendo los objetivos generales a alcanzar los siguientes:
• Promover el desarrollo personal, la calidad de vida y la integración social de las personas con enfermedad mental.
• Mejorar la canalización de las emociones y la expresión de sentimientos.
Para trabajar las diferentes áreas y objetivos con ambos perros se realizaron dos talleres, uno encaminado hacia la “motivación” de las personas para asistir al Centro y otro para trabajar el “estado cognitivo”.
A los usuarios en todo momento se les explicó por parte de los Terapeutas los objetivos que se iban a trabajar en cada sesión con los perros.
Taller de Motivación
En el Taller de Motivación, en el cual participaban personas que tenían menos deteriorado el estado cognitivo, se procedió a realizar unas sesiones en las que se adiestraba a los perros a obediencia básica y se le enseñaban algunas habilidades con el clicker, entre ellas: el pasar por aros, entre las piernas y luego haciendo “ochos”; tocar un cono; girar sobre sí mismo (twist); empujar con el hocico una pelota grande; ejercicio de cabeza abajo; reverencia;  realización de ejercicios (sentado, echado, girar sobre si mismo, saludar con la pata) dentro de aros;  coger pelotas o comida en el aire… La habilidad que mas gustaba en general a los participantes era la de que pasaran por las piernas haciendo “ochos”.
En el adiestramiento con el clicker se trabaja mucho  la atención, concentración, memoria a corto y largo plazo a causa de que tienen que estar muy pendientes de clickear en el momento justo en el que el animal realiza el comportamiento deseado y que después del click-click le tienen que dar la comida premiándolo. Esto les solía costar un poco al principio pero luego una vez le pillaron el truco ya se desenvolvían perfectamente, como se pudo comprobar sesión tras sesión y es de obligado cumplimiento el decir que realizaron un maravilloso trabajo con los perros.
En el adiestramiento de los animales también se trabaja el aumento de la autoestima: primero, porque se  refuerza la capacidad y el esfuerzo realizado para el adiestramiento;  y segundo,  porque desde un principio se les comentó a los participantes que con estos ejercicios que hacían con los perros estaban colaborando con la Asociación y ayudando en el aprendizaje de los animales para que luego esos mismos ejercicios los hiciesen a la perfección en sesiones dirigidas a personas con discapacidad o necesidades especiales, cosa que hizo que se sintieran muy útiles.
Al finalizar las sesiones se acercaba uno de los perros a cada uno de los participantes, los cuales además de acariciarlo le contaban la experiencia vivida expresando sus sentimientos y canalizando sus emociones.

 

Taller de Cognitiva
En el Taller de Cognitiva participaban personas que tienen el estado cognitivo más deteriorado a causa de la enfermedad y los ejercicios realizados con los perros iban encaminados a prestar más atención, concentración y trabajar la memoria a corto plazo.
Después de una primera toma de contacto con los perros (darles de comer, acariciarlos, cepillarlos, limpiarlos con toallitas, etcétera)  se procedió persona a persona a que eligiera cómo querían que se les reforzara la conducta para luego poder trabajar los ejercicios de cognitiva. A unos les gustaba dar de comer o cepillar a los perros, y a otros que éstos hicieran un truco como girar sobre sí mismos o bien que saludaran con la pata.
En las primeras sesiones se trabajaba contando la historia de cada perro (nombre, día, mes, año y lugar de nacimiento, edad,  nombre de sus padres, horóscopo…). Seguidamente un perro se acercaba a cada usuario y este le sacaba de uno de los bolsillos del arnés un papel con una pregunta; si contestaba bien, tenían acceso  al animal y éste o bien le hacía un truco o le daban de comer, acariciaban  o lo cepillaban, según quisiera el usuario con lo cual aumentaba la probabilidad de que prestaran más atención y trabajaran la memoria a corto plazo ya que el perro les reforzaba la conducta. Es muy importante tener en cuenta que los perros -como el resto de los animales- son unos reforzadores de conductas natos.

“Con quien más se reía era con Airon y solía decir: este perro policía sabe mucho, es muy listo”.
En las siguientes sesiones se realizaban  varios circuitos con cada perro en los cuales tocaban con el hocico un cono, hacían diferentes posiciones en aros (sentado, echado, girar sobre sí mismo, saludar con la pata, reverencia), se contaban las veces que subía y bajaba de una silla o pasaba por aros, las veces que la persona que guiaba a los animales les daba de comer durante la realización del circuito… En resumen, ejercicios diferentes que motivan más que los que realizaban habitualmente -por la presencia de los perros- en los talleres para trabajar estos mismos objetivos.
Al igual que en el taller anterior al finalizar las sesiones se acercaba un perro a cada uno de los participantes, los cuales le contaban la experiencia vivida expresando sus sentimientos y canalizando sus emociones.
En este taller y en las últimas sesiones ya participaba un usuario del taller de adiestramiento, un alumno aventajado con dotes de buen adiestrador que guiaba el solo a ambos animales, llenándonos esto de satisfacción a todo el equipo Interdisciplinar.
En ambos talleres los animales también actuaban como “catalizadores de emociones” desencadenando muchas risas y sonrisas, que en este caso son totalmente terapéuticas. Por poner un ejemplo, había un usuario al cual los Terapeutas no le habían visto sonreír y sin embargo no paraba de hacerlo cuando adiestraba o veía que sus compañeros/as adiestraban a los perros. Con quien más se reía era con Airon y solía decir: “este perro policía sabe mucho, es muy listo”.
También gracias a los animales los participantes ampliaron sus relaciones sociales -también el que suscribe- ya que cada vez que me veían por la calle paseando con los perros se acercaban para saludarnos y manteníamos una conversación sobre los mismos o bien sobre otros temas de interés.
Finalización del Proyecto
A los participantes del taller de motivación se les entregó por parte de Ataaasafor un diploma de asistencia, en agradecimiento por su colaboración en el entrenamiento de los perros.
Por parte de los Terapeutas se va a realizar un estudio de estos dos meses y medio que ha tenido de duración el proyecto, en el cual se han hecho unas diez sesiones por grupo y en el que se ha podido apreciar que todos los participantes han disfrutado mucho, incluidos los perros.tera

Fuente: http://www.doogweb.es/2010/07/10/terapia-asistida-con-animales-y-enfermedad-mental/

Por: Miguel Ángel Signes Llopis, Presidente de la Asociación de Terapias y Actividades Asistidas con Animales de La Safor .

Por afmmebre

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