Una proporción significativa de pacientes con esquizofrenia muestran anomalías en las regiones prefrontal dorsal incluyendo las cortezas prefrontal dorsolateral y cingulada anterior dorsal. Sin embargo, está menos claro en qué medida las anomalías se presentan en las regiones ventral prefrontal y límbica, a pesar de su participación en la disfunción cognitiva social y la agresión, los cuales representan dominios problema para los pacientes con esquizofrenia.

Anteriormente, se encontró que la integridad reducida de la materia blanca en las regiones frontal inferior derecha estuvo asociada con mayores niveles de agresión. Aquí, hemos utilizado imágenes de resonancia magnética funcional en estado de reposo para examinar la conectividad funcional (FC) de la amígdala/corteza prefrontal ventral (vPFC) y su relación con la agresión en la esquizofrenia.

Participaron veintiún controles sanos y 25 pacientes con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo. La agresión se midió usando el Cuestionario de Agresión de Buss Perry. Las regiones de interés se colocaron en la amígdala con base en trabajos publicados con anterioridad. Se llevó a cabo un análisis de FC basado en vóxel en el que se introdujo la serie de tiempo medio a través de los vóxels para esta semilla de la amígdala bilateral como un predictor en un modelo de regresión múltiple con parámetros de movimiento y globales, líquido cefalorraquídeo y señales de la sustancia blanca como covariables.

 

 

Los pacientes mostraron reducciones significativas en la FC entre la amígdala y regiones de vPFC. Por otra parte, en los pacientes, la fuerza de esta conexión mostró una relación inversa significativa con la agresión, por ejemplo que la reducción de FC estuvo asociada con niveles más altos de agresión auto-percibida. Se obtuvieron resultados similares para otras dos medidas: Historial de agresión en vida y detenciones totales.

Estos resultados sugieren que la FC amígdala/vPFC se ve comprometida en la esquizofrenia y que este compromiso está asociado con la agresión.

Fuente: http://www.psiquiatria.com (3 nov 2010)

Por afmmebre

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